Disfruta de la presencia de nuestro amado Dios mi dulce hermanito; es en Él donde encontramos la verdadera vida y felicidad. Bendito sea el Señor, quien llevó toda tu carga, y te concedió Su salvación. Aquí en esta tierra todos somos caídos, pero tú también serás recordado por tu corazón sencillo y linda bondad. Además admirado por tu espíritu emprendedor y valiente. ¿Y es que a cuantos no ayudaste? para muchos fuiste apreciado, a otros se les escapó la gratitud, y a algunos el orgullo no los dejo ver que, y lo que realmente tiene valor, ante los ojos de Dios, tú también eres Su escogido y uno que Él ama con amor eterno. Descansa en tu Hacedor, y desde mi corazón te digo: te extraño inmensamente y siempre serás mi amado Carlitos, quien recordaré con inmensa gratitud. Un día nos volveremos a reunir y mientras tanto me refugio en el Santuario de mi Dios. Liliana